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dimarts, 14 de febrer del 2017

Galleguiña


Cuando la inspiración llama a tu (metafórica) puerta es tu obligación abrir y escuchar lo que tenga que decirte... o lamentarlo para siempre.

Esta ha sido una de esas veces en las que en medio de la oscuridad más oscura, de repente ves la luz...y tienes una semana para acabar el proyecto.


LA HISTORIA
Por alguna razón ignota en mi album de cuando era pequeña siempre ha estado esta foto de mi prima Esther.
Debe de ser una de las pocas fotos en ese album en las que no salgo yo. Es ése un album bastante egocéntrico, de los de aquí yo con las tortugas, aquí yo con un gorro azul, aquí yo (despeinada cual bruja) comulgando-todos tenemos un pasado oscuro.
El caso es que en casa siempre nos ha gustado mucho esa foto...y yo este año no le tenia regalo pensado para su cumple... y la inspiración llamó a mi (aun metafórica) puerta.

LA ELABORACIÓN
Como ella en la foto era muy pequeñita, no quería usar mi patrón de siempre de muñeca, asi que busqué un dibujo de las proporciones de un nene y basé en ellas el patrón nuevo.
Se ve que los nenes tienen la cabeza muuuy grande en relación al cuerpo.
Para empezar hice igual que siempre y la tomé como unidad de medida y la muñeca mide, aproximadamente, cuatro cabezas.

A partir de aquí fui siguiendo el esquema para las proporciones y la foto para los colores.

El chaleco es una pieza aparte. Para hacerlo trabajé en pasadas, montando tantos puntos como tenia la cintura y menguando en las mismas vueltas que en el cuerpo, para dejar los agujeros para los brazos trabajé los delanteros y la espalda por separado un par de pasadas y volví a unirlo todo montando tantos puntos de cadeneta como puntos había dejado sin hacer bajo los brazos. Para acabar di una vuelta de punto bajo alrededor de toda la prenda. Para cerrarlo he usado un lacito negro,  de esos tan estrechitos que vienen cosidos a los hombros de las camisetas y que siempre corto porque me da mucha rabia que después se asomen por el escote.
Las espardeñas tienen tres piezas cada una. La suela es una ¿elipse? ¿pseudoelipse? trabajada en redondo. Los talones son semicirculos montados desde un anillo mágico pero sólo con tres puntos en el anillo. Para la puntera también hice un semicírculo pero luego rematé el llamémoslo diámetro con una pasada de punto bajo.
Una vez hechas todas las piezas las cosí unas con otras.
Los cordones son cadenetas hechas con dalieta negra. Para calcular la longitud de la cadeneta, até una espardeña con unos hilos y los medí. La punta de las cadenetas está asegurada con un poquito de superglue.
El pañuelo fue un quebradero de cabeza. Para empezar en la foto de la foto que me mandaron desde casa de mis padres, que es donde vive el álbum, no se veía bien el estampado. Ahora se que es de florecillas porque después he visto OTRA foto del mismo día. Yo veía que era brillante, a trozos gris y a trozos rosa. Así que cogí un poco de lana gris y un poco de un hilo brilloso rosa y otro plateado que no se cómo acabaron en casa pero que me han venido muy bien y hice una pañoleta triangular a punto bobo - empezando con tres puntos y aumentando uno en cada lado en pasadas alternas. Paré cuando las puntas se juntaban en la nuca de la muñeca. Entonces cosí juntas las tres puntitas, para que no se moviera.
Aunque en la foto no se le ve casi el pelito, yo se lo puse igual. Y hasta le hice un flequillo todo saleroso.

La verdad es que, aunque está mal que yo lo diga, quedó monísima. Y la destinataria pilló enseguida que era ella y no una galleguiña genérica.

Me encanta cuando los planes salen bien.

2 comentaris:

  1. Me encanta!!! Muchas gracias
    Esther

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    Respostes
    1. Yuhu!
      Me lo pasé genial mientras la hacia.
      Lo dicho, me encanta cuando los planes salen bien. :)

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