Si bien llevo cosiendo prendas, bolsos, muñecos y otros inventos desde que era pequeña, nunca he pasado de aficionadilla a la costura.
He tenido buenas maestras, eso sí, que me enseñaron a ahorrar tela a la hora de cortar los patrones, a sobrehilar, a hacer punto de escapulario y a deshacer si no quedaba bien.
Se me da bien la retroingeniería, especialmente al hacer bolsos. Puedo reconstruir el mejor camino a seguir desde los trocitos individuales hasta el producto acabado. Y apunto todos los pasos a seguir y guardo los patrones, por si acaso.
Este verano he hecho estos cinturones con bolsillos. He tenido que aprender a hacer bolsillos de ojal (sin solapitas, eso ya para otro día) y youtube es maravilloso. La verdad es que estoy contenta con el resultado, aunque no tengan solapas.
También he añadido más vestidos de verano a mi vestuario.
Dada mi talla es difícil encontrar cosas sencillas evitando los terribles efectos mesacamilla y chorizo. Por lo menos a mí me cuesta. así que el verano pasado me lié la manta a la cabeza (figurativamente hablando, en verano en Lleida las mantas es mejor verlas sólo de lejos y tocarlas sólo con un palo) y me puse a hacer vestidos.
Para superar el primer obstáculo grave, no sé patronaje...de momento me compré un libro.
Es Stylish Dress Book de Yoshiko Tsukiori. Estuve mirando mucho y este es el que más se acercaba a lo que yo quería.
Tiene 26 modelos y no hay nada más complicado que una pinza o un pliegue. He tenido que hacer algunos cálculos para adaptar los patrones a mi robusta anatomía, eso sí.
Al hacerlo seguramente hay alguna pinza que baila y no acaba de mirar del todo a donde debería (he leído mucho sobre pinzas últimamente) pero de momento me sirve y los resultados son aceptables. Los he hecho sin mangas porque son para ir fresquita por el infierno veraniego.
Entre los dos veranos ya he hecho los modelos A, E dos veces, T y Y.
El primero lo hice con tela malucha en plan experimento y es el que he repetido ahora con una tela bonita que llevaba lustros en casa esperando un destino digno. Cerrando el ciclo.
He aprendido también que el algodón para patchwork igual no es la tela más apropiada para este tipo de trabajo, pero mi vestido de telarañas mola un montón aunque sea demasiado recio. Creo que me lo pondré también en invierno rollo pichi.
Con un poco de suerte hago un par más antes de acabar la temporada. En uno voy a aprovechar la tela de un maxi vestido que hace siglos que no me pongo porque no me gustaba el escote y en el otro ... a salvar una tela que desgracié hace unos años para una majarada. A ver que tal se me da.
Queda de deberes para el invierno adentrarme en el maravilloso mundo del patronaje y aprender a hacer mis patrones desde cero.
Sólo por jugar con esas reglas de curvas ya valdrá la pena!