Se ve que en Francia es tradición mantener en secreto el nombre destinado a un bebé hasta que lo tienes en los brazos. Por eso desde que supe que iba a ser tieta (o padrinetabuela si eso existe) el niño aún sin nombre que ahora se llama Mateo fue para mi el Garbancito.
Y por eso esta es la manta del Garbancito.
Es una manta redonda, si, redonda, ¿qué pasa? hecha siguiendo el patron del Pi Shawl de la gran Elizabeth Zimmermann agujas de 3mm y 8 ovillos y pico de Drops Baby Merino.
La genialidad del Pi Shawl es que los aumentos se concentran en unas vueltas concretas en las que se dobla el número de puntos y en el espacio intermedio o anillo te quedan un número creciente (3,6,12,24,48,96) de vueltas en las que puedes trabajar cualquier punto que te apetezca.
Para este proyecto me puse muy profesional y ¡¡¡HICE UNA MUESTRA!!! de todos los puntos que me interesaba usar y la ahormé? bloqueé? no acabo de encontrar un verbo que me guste para esta acción, se admiten sugerencias. Vamos que la mojé y la sequé bien plana y extendidita.
Sobre esa muestra conté los puntos por centímetro y hice una estimación de los ovillos que iba a necesitar pesando la muestra y calculando el área de la misma y calculando el área de la manta que quería hacer.
También decidí qué puntos iba a utilizar y el orden de los motivos, adaptándolos al numero de puntos del anillo en el que iba a utilizarla. El orden elegido fue estrellas, diente de león, ramas, yemas y piñas.
Los puntos son de Vogue Knitting Stitchionary: Flowers and Leaves y de Harmony Guides, Lace.
Una vez hechos todos los cálculos y con la lana ya comprada (compré de más por si acaso, of course) me puse a la labor.
La manta se empieza por el centro con el método de Emily Ocker, que es como un anillo mágico de ganchillo adaptado.
Y a partir de ahí a rodar y rodar siguiendo el esquema.
El primer obstáculo en el camino fue el punto estrella que descarté porque al ser sólo seis vueltas quedaba desdibujado y no me gustó, así que lo sustituí por punto jersey.
A partir de ahí todo fue como una seda ... hasta que a mitad del último anillo me di cuenta de que había interpretado mal uno de los símbolos del esquema. La verdad es que no afectaba mucho al resultado final PERO YO SABÍA QUE ESTABA MAL así que deshice unas 50 vueltas de 580 puntos cada una, ¡¡¡PORQUE ESTOY MUY LOCA!!!
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He aquí una foto muy mala de la manta casi acabada |
Y las volví a hacer, ya con la consciencia tranquila.
Rodar y rodar.
Para el remate monté 10 puntos y trabajé del derecho de forma radial cerrando un punto cada dos pasadas hasta haber completado todo el perímetro.
Y ya solo faltaba lavarla y darle forma de circulo de 120 de diámetro, cosa que conseguí midiendo desde el centro hasta la orilla por todo el perímetro y con muchas muchas agujas.
Está mal que yo lo diga pero quedó preciosa.